Comer en Londres (I)

Tras varios días de paréntesis por el lío de las fiestas, vuelvo a mi reciente viaje a Londres, para que no se me quede nada en el tintero…

Cuando voy de viaje, ya sea por trabajo o por placer, no puedo evitar emplear tiempo en buscar de antemano sitios apetecibles para comer, haciendo que mis viajes sean en cierto modo gastronómicos. Así que me lanzo de cabeza a Tripadvisor y rastreo las opiniones para elaborarme una lista de restaurantes interesantes. Pero en esta ocasión no tuve tiempo, con lo que lo dejé un poco al azar, y ¡tacháaaan! la suerte estuvo de mi lado (¿o será que no es cuestión de suerte, sino de buen hacer de la mayoría de los restaurantes?)

El sábado, día de mi llegada, con mi vuelo retrasado y sin tiempo para ir al Borough Market con la tranquilidad que esa visita requería, decidí tomármelo con calma y junto con mi amiga Silvia, me dirigí a uno de los locales que Gail’s tiene repartidos por toda la ciudad, concretamente el que está en Chiswick. Es uno de esos sitios luminosos, con un escaparate que es como un agujero negro, porque lo que ves tras el cristal te abduce irremediablemente y no puedes evitar entrar, sin saber cómo, y comprar algo aunque vengas de darte el atracón de tu vida.

Gail'sgail'sEn Gail’s puedes comprar panes excelentes de todo tipo, y disfrutar de un desayuno o merienda deliciosos, pues la gama de productos dulces es maravillosa. Yo probé un scone con albaricoques y jengibre que me dejó levitando. Pero además se pueden hacer comidas ligeras y sanas, con profusión de sopas, productos orgánicos y verduras. Mi comida estaba compuesta por dos rebanadas de pan rústico (increíble el sabor que proporciona la masa madre) sobre las cuales había unos enormes champiñones con queso cheddar derretido, huevo frito y espinacas.

Gail'sSencillo y reconfortante a más no poder, aunque a los que esto os parezca demasiado simple, deciros que tienen otros platos más elaborados.El personal, joven y entusiasta, te recibe con una amplia sonrisa y te atiende de maravilla. Realmente te sientes como en casa, y cuando sales por la puerta ya estás pensando en la próxima vez que irás…

Y por la noche, ya que estábamos en racha, decidimos ir a un restaurante indio de los de verdad,  Memories of India. Fuimos al de Osterley, pero hay otro mucho más céntrico (18 Gloucester Road). Y debía ser bastante auténtico, pues estaba lleno de familias bien de origen indio y la carta recogía numerosos platos que no he visto en ninguno de los indios de Madrid a los que he ido. Obviamente, nos dimos un festín, y nos relamimos con una selección de platos, alguno de ellos muuuuy picantes.

Memories of IndiaAl día siguiente nos fuimos de shopping navideño al centro, decididas a adelantar las compras de regalos y quitarnos algo de trabajo de encima. Llegado el momento de comer, y callejeando por Carnaby Street, entramos en uno de esos noodle bars asiáticos con decoración trendy y luz tenue en los que compartes largas mesas con otros comensales, y sales bien comido y con el bolsillo en buenas condiciones.

ChaCha Moon LondonCha Cha Moon (15-21 Ganton Street) tiene estilo, no cabe duda. Allí tienes un menú diario por £10, aunque los precios a la carta son bastante asequibles. De la cocina, completamente a la vista y llena de cocineros orientales impecablemente uniformados y que se afanan ante los woks y las grandes ollas al vapor, salen platos con un aspecto excelente, y las raciones son inesperadamente generosas. No diría que está todo exquisito, pero la relación calidad precio y la decoración y el ambiente bien merecen una visita.

Por la noche pude disfrutar de la compañía de mis amigos Carlos y Michael, que me invitaron a cenar en su piso del Soho. Como era un poco tarde, Michael vino a casa con un take away de Wagamama, que solía ser uno de mis sitios favoritos hace trece años, cuando sólo había un establecimiento en el Soho. Ahora tienen 29 sucursales tan sólo en Londres, y muchas más repartidas por todo el país.

WagamamaTanto los noodles fritos como el arroz estaban aceptables, pero muy normalitos, aunque la maravillosa compañía hizo que la cena fuera estupenda. La gran decepción fue cuando fui cuatro días más tarde con mi marido y el adolescente desgarbado que tengo por hijastro a cenar a la sucursal de Wagamama en Holborn, y pedimos sopa de ramen, que nos encanta. Resulta que te sirven la misma sopa, pidas la que pidas, y se limitan a añadir distintos ingredientes al final, con lo que todas las saben igual, pues al no haber cocido los ingredientes en el caldo, éste no ha cogido el sabor de los mismos. Nunca mais!!!

En cualquier caso, mi ruta gastronómica continuará en par de posts más, pero me gustaría decir que, en contra de lo que se piensa, Londres es una ciudad donde se puede comer increíblemente bien, y con precios para todo tipo de presupuestos. Otra cosa es que se viaje con lo justo y no haya más remedio que recurrir al fish and chips, pero esa es otra historia…

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3 comentarios en “Comer en Londres (I)

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