Junto al gazpacho, es el rey de las mesas del verano. Esta crema espesa de tomate, de origen cordobés, es toda una bomba de vitaminas, deliciosa de tomar a cualquier hora, y en el caso de las cenas, puede ser un plato único, pues al ser denso es muy saciante.
Yo acompaño siempre el salmorejo con sus tropezones: huevo duro picado y jamón, también picado, y a ser posible ibérico. Se nota la diferencia, y aderezado con un chorrito de aceite de oliva virgen extra de la mejor calidad que tengamos, es un plato de lujo. Un buen pan al lado para ir mojando, y capitana general.
Anoche veía a la concursante de Master Chef quejándose de que no entendía las esferificaciones de agua de tomate, de cuál era el sentido de ese tipo de cocina, con lo bueno que está un tomate cortado en rodajas con su sal y su chorro de aceite. Sin llegar a esos extremos, porque a mí también me gusta la cocina que me hace experimentar y que me sorprende, estoy de acuerdo con ella en que las cosas sencillas y los alimentos poco procesados son, en muchos casos, un caballo ganador.
Ingredientes
- 2 huevos
- 100 g de miga de pan blanco
- 800 g de tomates maduros, pelados y troceados
- 1 diente de ajo
- 10 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de vinagre de Jerez
- 6 cubitos de hielo
- Sal
- Jamón ibérico picado
Elaboración
Cuece los dos huevos durante 10 minutos en agua hirviendo. Escurre el agua, ponlos un minuto bajo el chorro de agua fría, y pélalos.
En el baso de la batidora, o en el robot de cocina, pon el pan, los tomates troceados, un huevo duro troceado, el ajo, el aceite, el vinagre, un poco de sal, y los cubitos de hielo (si vas a usar una batidora de brazo, machácalos antes en un mortero. Si vas a usar un robot de cocina con una buena potencia, no será necesario).
Bate todo bien hasta que tengas una textura homogénea y cremosa. Sirve inmediatamente y esparce por encima el otro huevo duro, previamente picado, y un picadillo de jamón ibérico. Añade un hilo de aceite de oliva, y disfrútalo.
Nota:
El hielo es imprescindible si vas a consumir el salmorejo nada más prepararlo, pues el robot calentará bastante la preparación, y los cubitos neutralizarán esa subida de temperatura. Pero si vas a hacer el salmorejo con antelación y dejarlo en la nevera, no serán necesarios.
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