Empanada de atún con masa de hojaldre

Empanada de atún¡Qué semanita, señores! El sábado pasado fue un glorious day, en el que me di homenajes por todas partes. Primero, con Silbia de La Cocina de la Silbi en StreetXO, donde íbamos pidiendo platos y adorando a David Muñoz tanto más profundamente cuanto más comíamos. Después, en un taller impartido por Paco Roncero dentro del programa de master classes de Demos la vuelta al Día, al que acudí en calidad de invitada, y del que espero daros cuenta la semana que viene (aunque me hubiera gustado poder hacerlo ésta). Y para terminar, una cena en Lakasa, de César Martín. Uno de esos sitios a los que sieeeeempre me apetece volver.

Y estaba yo toda feliz, pero he empezado la semana y ha sido un no parar, trabajando todos los días hasta las tantas, y luego quedándome catatónica ante la tele, pues la cabeza ya no me daba para más. Así que esta semana no he hecho bien mis deberes con el blog, pero al menos os traigo una de esas recetas que no fallan, facilona, sabrosísima, y de las que puedes preparar el día antes, si quieres, porque los sabores se asientan y está aún más deliciosa.

Se trata de mi heterodoxa empanada de atún. Y digo heterodoxa porque no uso la masa adecuada para las empanadas, una buena masa de pan, sino hojaldre, y además comprado. Pero hay dos motivos: uno, que el hojaldre me pirra. Desde que era pequeña. No lo puedo evitar! Y la otra, que a veces, si he tenido una semana muy heavy, no me apetece pasar mucho tiempo en la cocina, con lo que me voy a lo práctico. Y ésta es una de esas recetas en las que no me duelen prendas reconocer que no todo lo he elaborado yo. Ahí os la dejo, a ver qué os parece:

Empanada de atúnIngredientes

  • 3 cebollas grandes
  • 1 pimiento rojo grande
  • 4 latitas de atún en aceite
  • 1 bolsa de aceitunas sin hueso
  • 2 huevos duros
  • 1 lata pequeña de tomate frito Hida (155g peso neto)
  • Aceite y sal
  • 2 planchas de hojaldre La Cocinera (si quieres que la empanada sea redonda)
  • 1 huevo para pincelar
  • Un chorrito de leche

Elaboración

Pica finamente las cebollas y el pimiento, y en una sartén amplia, con un buen chorreón de aceite de oliva, sazona y pocha lentamente hasta que empiecen a coger buen color. Pon todo en un colador grande y escurre bien, apretando con una cuchara para que suelten el exceso de grasa.

Pon a calentar el horno a 200º C.

Elimina todo el aceite que puedas del atún, y desmenúzalo en un bol.

Pica las aceitunas y los huevos duros.

Saca una plancha de hojaldre de la nevera, y extiéndela con cuidado sobre un molde de quiche del tamaño adecuado, haciendo que la masa llegue bien a todo el borde de la base, y que suba por los laterales del molde. Pincha toda la base con un tenedor para que no se infle en el horneado.

Extiende con una cuchara el tomate frito, y sobre él, distribuye la cebolla pochada, en una capa homogénea.

Extiende por encima el atún, huevo duro y aceitunas, y aplasta ligeramente con los dedos para que quede todo lo más liso posible y no se formen bultos en la empanada.

Con un pincel mojado en agua, humedece los bordes del hojaldre que sobresale del molde, para que se pueda pegar bien la capa superior de hojaldre.

Saca la otra plancha de hojaldre de la nevera, y extiéndela sobre el molde, presionando suavemente sobre los bordes de la capa inferior para que peguen bien.

Pasa el rodillo por los bordes del molde para cortar el sobrante de hojaldre. Con todos los recortes sobrantes, amásalos con un rodillo espolvoreado de harina para juntarlos bien y forma una fina capa alargada, de la que puedas extraer tiras para decorar el borde de la empanada. Yo me he tomado la molestia de hacer una trenza, pero puedes hacer algo más sencillo y que quede bien. Recuerda que, para pegar la decoración, primero tienes que humedecer el hojaldre.

Importante: Tienes que hacer una “chimenea” a la empanada: con la punta de un cuchillo haz una pequeña cruz en el centro de la empanada. Levanta los cuatro picos y échalos hacia atrás, de forma que se quede abierto un orificio. Con un trocito de papel, haz un canutillo y mételo en el orificio, para que salga por él todo el calor que se forme en el interior de la empanada y no se reviente el hojaldre.

Bate un huevo y añade un chorrito de leche. Pincela bien toda la empanada, limpia lo que se haya resbalado por el borde del molde, y mete en el horno durante 30 minutos, o hasta que la empanada esté bien dorada. Si ves que se te dora demasiado, cúbrela con papel de aluminio (no pongas el ventilador).

Pues ahí la tenéis. Yo os dejo con la empanada, y os invito este sábado en la Kitchen Community del Sexta Avenida de Madrid a la Fiesta de la Cerveza, en la que nos vamos a reunir un montón de amigos, bloggers, amantes de la cerveza, y fiesteros en general, a probar un montón de cervezas internacionales, acompañadas de perritos, salchichas, hamburguesas, pizzas, tortillitas de patatas… uffff. Creo que el domingo empiezo la operación bikini.

Anuncio publicitario

Hojaldre de queso de cabra y cebolla caramelizada

Hojaldre de queso de cabra y cebolla caramelizada

Abro la nevera y ahí está, como todos los días, el paquete de hojaldre sin empezar, a la espera de tener tiempo para ponerme a pensar en recetas, a pasear por mis libros de cocina y descubrir algo verdaderamente delicioso para cocinar.

Cojo el paquete y miro la fecha de caducidad, para ver cuánto tiempo me queda para decidir el destino de la masa.. y horror, caducó ayer!!!! Vale, ya sé que el ministro de Agricultura dice que no pasa nada, pero me da miedo que la masa no funcione si dejo pasar más tiempo, y que todo el esfuerzo que ponga en esa receta deliciosa que aún no he decidido se eche a perder. Es necesaria una solución de urgencia, y hoy tengo poco tiempo para cocinar.

Veo qué hay en la nevera, y se me hace la luz de repente, con la inspiracion de What Katie Ate: queso de cabra, un blíster de tomillo fresco, y en la despensa creo recordar que había un bote de cebolla caramelizada. ¿Para qué necesito más?

Ingredientes

  • Un rollo de masa de hojaldre
  • Un huevo
  • Un bote de cebolla caramelizada
  • Unas ramas de tomillo fresco
  • Un trozo de rulo de cabra

Elaboración

Pon el horno a 220º C.

Coloca una hoja de papel de horno en una bandeja de horno y reserva.

Extiende la masa de hojaldre.

Con un molde circular, un tazón, etc. corta círculos de unos 12 cm de diámetro, y colócalos sobre la bandeja con papel de horno.

Con cuidado, marca un círculo interior a unos dos cm del borde, sin llegar a cortar del todo la masa.

Pincha bien con un tenedor todo el interior del círculo.

Bate el huevo, y pincela sólo el borde de 2 cm.

Cubre el círculo interior con una capa de cebolla caramelizada.

Corta el queso en rodajas de 1,5 cm aproximadamente, y coloca una rodaja en el centro de cada círculo.

Pon por encima unas ramas de tomillo fresco (usa seco si no dispones de otra cosa) y pimienta negra recién molida.

Hornea unos 20 minutos, hasta que el hojaldre esté dorado y las bases estén hechas.

Listo para servir como entrante en una cena de amigos, o como un delicioso capricho. Ni que decir tiene que con cebolla caramelizada casera está aún mucho más bueno, pero cuando hay prisa, hay prisa. Y si te gusta mucho el hojaldre, prueba a hacer lo mismo, pero cubriendo con otro disco de hojaldre, sellando los bordes, pinchando toda la parte superior, y pincelando con huevo. Un poco de ensalada, una copa de vino, y capitán general….

Solomillo de cerdo Wellington

Solomillo WellingtonHay una serie de platos de los de toda la vida que nunca había probado, quizá de tan clasicorros que eran. El Boeuf Bourgignon, el Beef Wellington, la Bullabesa, el Pato a la naranja (la receta francesa, porque he de reconocer que de la receta china me he puesto las botas)… Eran como tan viejunos que no… no…. no…

Así que aún no entiendo por qué me ha dado el punto de hacer un solomillo Wellington. Algún cable que se me ha cruzado, o la final del Master Chef Americano, que pusieron el otro día en la tele, en la que el concursante finalista no tiene otra genial idea más que hacerle a Gordon Ramsay (británico, para el que no lo sepa, y al que le salió el pelo en el pecho cocinando el beef Wellington una y otra vez), el dichoso plato. Es como si ponen allí de jurado a Quique Dacosta, y el concursante americano va y le prepara una paella. Vamos, que me reía yo del pobre chaval, sí, pero se me debió de quedar el gusanillo, porque cuatro días más tarde aparezco en casa con dos solomillos de cerdo y dos paquetes de hojaldre. Vaya que no. Eso sí, de cerdo, que minimizamos el riesgo grandemente por si nos sale mal la primera vez.

El solomillo Wellington es una forma muy clásica de preparar el solomillo de ternera, que es envuelto en paté de foie y en duxelles (una salsa hecha con champiñones y chalotas muy finamente picadas salteadas con mantequilla) y que luego se envuelve a su vez en hojaldre y se hornea.

Este plato se convirtió en la reina de las fiestas allá por los 60. Al prepararse con solomillo de buey y paté de foie, era un plato caro, sofisticado, y difícil de preparar (en aquella época el hojaldre se tenía que hacer en casa), por lo que reunía todas las condiciones para ser un plato gourmet. Cuando apareció el hojaldre preparado en los estantes refrigerados de los supermercados, se fue popularizando y perdió parte de su brillo y esplendor. Claro, con el hojaldre ya elaborado, cualquiera se hace un Wellington. Adiós glamur, y hola olvido!!!

Hoy por hoy deben de servirlo aún en algún rancio restaurante de postín. Pero mira por donde, he decidido rescatarlo del olvido, y darle un lugar de honor en mi recetario. ¿Y sabéis qué? ¡Se merece ese lugar de honor! No solo porque está buenísimo, sino porque prepararlo es ridículamente fácil. Fácil hasta decir basta. Vamos, un plato prácticamente para principiantes, y con el que encima quedas como un experto si lo pones en una cenita de amigos. Y yo que lo miraba con respeto…. Ahora con respeto ya no. Ahora lo miro con adoración…

Solomillo WellingtonIngredientes para 3/4 personas

  • 1 solomillo grande de cerdo
  • 1 paquete de masa de hojaldre
  • 1 bandeja grande de champiñón fileteado, o 300 g de champiñones enteros
  • 1 tarrina pequeña de foie micuit, mousse de canard, o incluso paté del que uses normalmente en casa
  • 6 lonchas completas de jamón, mejor si es ibérico
  • Sal y pimienta
  • Aceite
  • 1 huevo para pintar el hojaldre
  • 1 chorrito de leche

Para la salsa

  • 1 tetra-brik de nata para cocinar (18% M.G.)
  • 4 cucharadas de paté de boletus La Chinata

Elaboración

Salpimentamos bien el solomillo por los cuatro costados. Ponemos dos cucharadas de aceite en una sartén, y lo doramos bien por todas partes, a fuego alto, para que se selle y retenga todos los jugos (si no lo hacemos, perderá los jugos durante el horneado y se nos quedará todo el hojaldre húmedo). Retiramos del fuego y reservamos, para que se enfríe.

Precalentar el horno a 200ºC

Si los champiñones son enteros, los limpiamos con un trapo húmedo y los fileteamos. Los salpimentamos y salteamos en la sartén con un poco de aceite, hasta que hayan consumido todo el agua que sueltan. Probarlos, y cuando estén bien hechos, reservarlos para que se templen.

Sacamos el hojaldre de la nevera (en ese momento, y no antes, pues si no está frío, se volverá muy pegajoso y no se podrá manipular bien) y lo desenrollamos, extendiéndolo en la encimera de la cocina, sin retirar el papel. Yo usé hojaldre de La Cocinera, pero para este plato es mejor buscar una marca que venda el hojaldre en placas cuadradas o rectangulares, y no redondas, para aprovecharlo más y que sobren más recortes para hacer la decoración final.

Cortaremos un poco el borde superior e inferior, para dejarlo rectangular (cuidado, porque si te pasas, no podrás cerrar el solomillo) y reservaremos esos recortes para hacer una decoración, tapándolos con plástico o un paño para que no se sequen.

Untaremos todo el paté por el centro, formando un rectángulo alargado, del mismo tamaño que el solomillo. Encima, pondremos los champiñones, y finalmente, extenderemos las lonchas de jamón, montándolas ligeramente unas sobre otras. Por último, solo queda poner encima la carne.

Y lo que antes abrimos, ahora lo cerramos: envolvemos el solomillo con las tiras de jamón. Y a continuación, con cuidado, cogemos el papel y envolvemos el solomillo con el hojaldre por un lado, y después por el otro, montando los bordes. Ojo: si has estado mucho tiempo con el solomillo al aire, será mejor que pintes los bordes del hojaldre que tienes que sellar con un poco de agua, para que peguen.

Cierra a continuación los extremos, y con el dedo húmedo sella cuidadosamente el hojaldre en todas las “costuras”. Con un palillo de dientes haz varias perforaciones. Coge el solomillo con cuidado, y dale la vuelta, para colocarlo en la bandeja de horno sobre una lámina de papel de horno. Perfora también esa cara, y pinta con huevo batido al que habrás añadido un chorrito de leche.

Hay gente a la que le gusta pintar solo con yema de huevo, pero se quema muy rápido y no coge un color tan bonito. Al añadir un poco de leche, o incluso nata, haces que adquiera un tono precioso. En cualquier caso, si ves que se te está dorando demasiado, cúbrelo con papel de aluminio hasta que termine el tiempo de horneado.

Con los recortes de hojaldre que te sobraron haz alguna pequeña decoración. En mi caso hice unas tiras, pero puedes cortar unas hojas con un cortapastas, o hacer lo que se te ocurra. Pega la decoración (al haber pintado con huevo, te servirá de pegamento), y pincélala con huevo batido.

Listo. Al horno 30 minutos a 200ºC sin ventilador, o un poco más de tiempo hasta que lo veas con un bonito tono dorado.

Al sacarlo, dejar reposar unos minutos mientras preparas la salsa: simplemente tienes que poner la nata y el paté de boletus a calentar en un cazo y remover suavemente para que se disuelva el paté , dejar que hierva, y mantener el hervor a fuego lento hasta que haya reducido lo necesario para adquirir una consistencia cremosa.

Sírvelo cortado en rodajas y napado con la salsa, disfruta, recoge los laureles, y luego me lo cuentas…

P.D. El próximo lo haré de buey o ternera, y según la receta de Gordon Ramsay. Ya tendréis noticias.