La primera vez que probé una receta de este estilo, parece mentira, fue hace pocos meses en casa de mis amigos Pepe y Teresa. Pepe es un cocinillas estupendo, de esos que improvisan y todo les sale bien. Sus arroces son espectaculares, pero con otro tipo de preparaciones tampoco se queda atrás. Y aquella noche nos puso un salmón al horno con salsa de soja, que me impactó por la suavidad de su sabor y la ligereza de la preparación. Así que decidí completar un poco la receta y añadirla a mi repertorio, y aquí la tenéis.
Cada vez que voy a la pescadería y tienen el salmón a buen precio, compro una buena tajada y pido que le quiten la piel y las espinas y la corten en supremas. Antes hacía a menudo el salmón a la plancha, pero acabábamos hartos del olor que dejaba en toda la casa. También lo preparaba escalfado, pero aunque sano, no es que tuviera mucha gracia, a menos que se le añadiera una salsa de eneldo, tártara, o de cualquier otro tipo que levantara el sabor. Ahora ya prácticamente sólo lo preparo en papillote, pues se hace en su propio jugo, conservando todos los nutrientes y todo su sabor, y no mancha, no huele y da esplendor, y no tiene ninguno de los inconvenientes de otros tipos de preparación.
Esta es además una de esas recetas fabulosas para aquellos que no se llevan bien con el pescado. Porque suele pasar que, cuando el pescado está bien cocinado, no huele y no tiene espinas, las reticencias se esfuman y se lo comen sin rechistar. Así, ni mi marido ni el adolescente desgarbado que tengo por hijastrillo se quejan cuando lo pongo. De hecho, dejan el plato limpio como una patena.
Además, se prepara en escasamente 30 minutos, es fácil de elaborar incluso para aquellos que no han puesto un pie en su vida en la cocina, increíblemente sano, y perfectamente adecuado para servir en una cena con amigos. Lo tiene todo. Casi casi como yo….
Ingredientes (4 personas)
- 4 supremas de salmón (2 rodajas sin piel ni espinas) de 3 cm de grosor
- 1 puerro grande
- 1 zanahoria
- 2 dientes de ajo laminados
- Un trocito de jengibre fresco (opcional)
- Aceite de girasol
- Salsa de soja
Precalentar el horno a 200ºC
Cortar todas las verduras en juliana.
Cortar una lámina grande de papel de aluminio, extenderla sobre la bandeja del horno, y poner en ella un colchón de verduras.
Encima, colocar los lomos de salmón de forma ordenada, uno junto a otro. Añadir un pequeño chorrito de aceite de girasol y un buen chorro de salsa de soja.
Cerrar bien el papillote, comprobando que quede completamente sellado, y hornear 20 minutos a 200º. Cuando el papillote se haya hinchado, significa que ya está listo. Sacar del papillote y servir, junto con las verduras y la salsa de soja.
No es necesario sazonar el salmón, ya que la salsa de soja aporta toda la sal necesaria.
Nota: Una ventaja de esta receta es que se puede preparar en su versión básica, que es simplemente el salmón con el aceite y la salsa de soja, y que queda igualmente bueno, en el caso de que tengas muy poco tiempo o tengas la nevera más pelada que la de un piso de Erasmus. Pero si tenemos otros ingredientes, podemos añadirlos para aportar más matices de sabor. Entre otros, podemos jugar también con pimienta en grano, laurel, rodajas o zumo de limón….
En realidad, yo no utilizo el papel de aluminio, sino que pongo el salmón en un recipiente de silicona con tapa que me regaló una amiga, y que puedo meter en el horno. Así es más cómodo, pues a veces el papel de aluminio se rompe, o se sale algo de salsa por alguna pequeña fisura, y es más fácil de manipular. Si os gusta la técnica del papillote, os recomiendo que compréis algo similar!
Debe estar conectado para enviar un comentario.