Cuando hace unos días pude ir a Málaga a pasar el fin de semana, tenía claro tres cosas:
- Quería descansar
- Quería estar con mi familia
- Y quería conocer el Bar Manzanilla, de Dani García
La verdad es que ya llevaba tiempo deseando ir, y más desde que vi a Dani cerrando el congreso de Gastromarketing, celebrado también en Málaga el pasado mes de marzo. Y es que quería probar algo de él sin más demora, así que ni corta ni perezosa agarré a mi marido y a mis padres y les arrastré allí. Eso sí, sólo teníamos tiempo para picar algo antes de la comida, por lo que aún tengo pendiente una comida allí, y poder hacer un recorrido más extenso por la carta.
El local está situado en pleno centro de Málaga, en una de las callejuelas que rodean a la Calle Larios, aunque o se va a propósito, o no te lo encuentras, pues no es una calle típica de tapeo. El diseño es minimalista, en contraste con el de muchos bares cercanos, basados en una estética más andaluza. Funcional y con algún elemento estético agradable, con mucho espacio en la barra auxiliar que recorre la pared y ventanal.
El personal, joven y dispuesto. Podría ser un poquito más cálido, pero no me quejo porque el servicio fue correcto y rápido, y la camarera se dio cuenta de que se nos estaba acabando el pan y puso más sin que se lo tuviéramos que pedir.
Nada más entrar, te topas con una barra llena de tapas atractivamente presentadas, y con un punto original, lo cual empieza ya a complicarte la vida, sobre todo cuando vas sólo a tomar una cerveza con algo, y se te hace dificilísimo pedir, porque quieres probarlo todo… Así que le echas un vistazo a la carta, y aprecias que la mitad tiene un marcado estilo andaluz (croquetas, buñuelos de bacalao, boquerones en vinagre, flamenquines, tortilla de patatas, molletes, bravas…), y la otra un insólito estilo americano (hamburguesas, tacos, hot dogs, cheescakes, cupcakes…). Y entonces caes en la cuenta de que Dani estaba a punto de inaugurar un restaurante Manzanilla en Nueva York, que ya está funcionando estupendamente. ¡Aahhhhhhh! ¡Por eso la mezcla de cocinas!
Pues bien, tras el desconcierto inicial, decidimos pedir alguna cosilla como aperitivo, que no como almuerzo, pues al estar tan poco tiempo en Málaga teníamos apalabrada una fritura de pescado con mis padres. ¿Y con qué acompañamos la cervecita? Pues nos decidimos por un tarro de foie mi cuit, estupendo para compartir, acompañado de abundante pan y que daba juego para que cuatro personas mataran el gusanillo. Y además, probamos el mollete de Antequera de masita de chorizo ibérico, cebolla caramelizada y salsa chipotle, que estaba jugoso, lleno de sabor, y te dejaba con ganas de comerte tres o cuatro más porque despertaba la gula de mala manera. Y también pedimos otro mollete, esta vez el de pluma de cerdo macerada, con pesto de tomates secos, piñones, albahaca y parmesano. Nuevo acierto, sabroso y resultón, lleno de aromas potentes y una maravillosa textura crujiente.Calculo que comer aquí viene saliendo por unos 25/30 euros por cabeza. Las tapas son algo más caras que las que encuentras en los bares de alrededor, pero es que este tapeo no tiene nada que ver con lo que ofrecen el resto de locales, y aquí no sólo se disfruta con el sabor, sino con la presentación, y con la originalidad de la oferta.
Mi curiosidad quedó, por tanto, saciada, pero mi estómago no. Me quedé con las ganas de probar la famosa hamburguesita de rabo de buey, el yogur de queso con foie y Oporto, y el chupito de cereza, así que no voy a tener más remedio que volver con más tiempo, y lo antes posible…
MANZANILLA
C/ Fresca,12. Málaga
Telf. : 952226851
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