Huevos estrellados

Huevos estrelladosVale. Reconozco que poner esta receta es una putadita. Justo ahora, que estamos todas (y muchos) vigilando la línea porque se acerca el momento de plantarnos el bikini y no queremos que nuestros gritos hagan que alguien llame al 112. ¡¡¡Pero es que ya no podía más!!! Después de un mes a dieta (tampoco muy severa, he de reconocer, pero es un tema psicológico), si no me como unos huevos estrellados reviento.

Y es que de vez en cuando hay que darle algo de vidilla al cuerpo. Si no, vaya asco de vida. Espero que tarde mucho en llegar ese momento en el que el médico te empieza a quitar de todo porque que si el colesterol, que si la hipertensión, que si el azúcar… Mientras tanto, ya bastante fastidiado está todo como para no permitirme el gustazo de unos huevos con patatas.

Y es que los huevos estrellados son lo más. Que no huevos rotos, que la cosa tiene su matiz. Porque los huevos estrellados se abren a unos 30 cm de la sartén y se dejan caer desde ahí, una altura suficiente como para que la yema estalle sin que sea un estropicio total, y tras remover ligeramente, la clara se haga y la yema se quede melosa, aterciopelada, suculenta… Madre mía, ya se me está cayendo otra vez la baba. No tengo remedio.

Ingredientes (2 personas)

  • Aceite de oliva virgen extra
  • 2 patatas medianas
  • ½ cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 4 huevos
  • 10 pimientos de Padrón (optativo)
  • 50 g de jamón ibérico cortado en tiras finas
  • Sal y pimienta

Elaboración

Pela las patas, cebolla y ajos, y córtalos en rodajas.

Pon aceite de oliva a calentar y fríe las patatas y cebolla hasta que estén doradas. Retíralas de la sartén, reservando en el horno a 50º para que no se enfríen, y vacíala de aceite, dejando sólo un poco para freír los pimientos.

Cuando estén listos, retíralos y fríe los ajos unos 30 segundos, cuidando de que la temperatura no sea demasiado alta para que no se quemen y amarguen.

Echa el jamón a la sartén y deja que se haga unos segundos, lo justo para que la grasa pierda el color blanco y se vuelva transparetne. Añade las patatas y cebolla, así como los pimientos, y distribúyelos bien por toda la sartén, con cuidado de no romper las patatas.

Casca los huevos, de uno en uno, dejándolos caer a la sartén desde unos 30 cm de altura, para que el huevo se rompa ligeramente. Salpiméntalos y deja que se hagan durante medio minuto aproximadamente. Después, usando una cuchara de palo con mucho cuidado, mézclalos suavemente con la patata, sin romper ésta, para que la clara se termine de hacer.

Sírvelos inmediatamente, y acompaña con un buen pan y una copa de tinto o una cerveza bien fresca. Te van a saber a gloria…

Frittata de espárragos y calabacines al ajo negro

Frittata de espárragos y calabacines al ajo negroAhora que está a punto de comenzar la primavera y ha salido el sol, ¡por fin!, apetece disfrutar de platos deliciosos al aire libre. Esta frittata lo tiene todo: sabor, ingredientes sanos, y la capacidad de teletransportarte a un balcón en algún sitio maravilloso y soleado en la costa amalfitana.

La he preparado con ajo negro, pero por supuesto, la puedes hacer con ajo normal, que puede que esté igual de rica o mejor incluso. Me ha gustado este invento, y creo que lo voy a repetir, porque las combinaciones son infinitas. Me la estoy imaginando con champiñones, tomates secos, pimientos rojos…

Ingredientes

  • 4 dientes de ajo negro
  • 1 manojo de espárragos
  • 1 calabacín
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de albahaca fresca picada
  • 250 g de requesón
  • 250 g de mascarpone
  • 5 huevos
  • 1 cebolla
  • 100 g de hojas de espinaca
  • 80 g de parmesano rallado

Elaboración

Pica finamente la cebolla. En una sartén antiadherente, pon un poco de aceite a calentar, y añade la cebolla. Sazona y deja hacer lentamente, a fuego suave y con una tapadera, hasta que se ponga tierna. Remueve de vez en cuando.

Mientras, corta en juliana el calabacín, y pica finamente el ajo.

Lava los espárragos y elimina la parte leñosa del tallo. Corta las puntas y reserva. Corta los tallos en rodajas, y hiérvelos en agua con sal durante 2 minutos. Añade las puntas y hierve 1 minuto más. Escurre y reserva.

Pon a precalentar el horno a 180 ͦC.

Frittata de espárragos y calabacines al ajo negroCuando la cebolla esté tierna, sube la temperatura y añade los calabacines, removiendo constantemente hasta que todo el conjunto esté dorado.

Añade el ajo y saltea un minuto más.

Añade las espinacas y cocina hasta que estén blandas.

Apaga el fuego y añade los espárragos y la albahaca. Salpimenta y deja enfriar.

Engrasa un molde desmontable, y espolvorea la base con un poco de parmesano rallado.

En un bol grande, mezcla el requesón, mascarpone, los huevos, y 2/3 del parmesano. Bate con un brazo eléctrico hasta que todo esté homogéneamente mezclado. Sazona, y añade el contenido de la sartén, mezclando todo bien para que las verduras queden repartidas.

Vierte la mezcla en el molde, y espolvorea con el parmesano restante.

Hornea 30 minutos con calor arriba y abajo sin ventilador. Si al cabo de ese tiempo la parte de arriba no se ha dorado lo suficiente, enciende el grill y deja un par de minutos más, vigilando, pues se podría quemar rápidamente. Pincha para comprobar que está hecho.
Deja enfriar en una rejilla. Una vez frío, pasa cuidadosamente un cuchillo de mesa entre la frittata y el aro del molde para asegurarte de que no se queda nada pegado, y retira el aro. Tapa con papel de aluminio y refrigera al menos tres horas.

Sirve templado con una ensalada de hojas verdes.

Frittata de espárragos y calabacines al ajo negro

Huevos en cocotte con ajo negro y crostini de hierbas

Huevos en cocotte con ajo negro y crostini de hierbas

A estas alturas, seguro que todos habéis oído hablar ya del ajo negro. Últimamente ha salido en televisión y en muchos blogs, y es el nuevo ingrediente de moda. Tiene todas las propiedades buenas del ajo, y unas cuantas más, y no tiene el defecto del olor de aliento, con lo que puedes hartarte de ajo negro (de hecho, te lo puedes comer crudo tal cual) hasta decir basta, y luego ir repartiendo besos cual mamachicho, que nadie te va a hacer la cobra.

¿Y a qué sabe? Pues a ajo normal no. Tiene un marcado aroma a regaliz, y un sabor muy característico. Yo os recomiendo que lo probéis alguna vez, aunque solo sea por matar la curiosidad. Lo podéis encontrar en la mayoría de tiendas gourmet.

Esta receta es muy sencilla de preparar, y con un resultado reconfortante. Es como lo que los británicos llaman Comfort Food, pero a la mediterránea. Comida gustosa, sencilla, a veces calórica, pero muy muy apetecible. Así que ahí os lo dejo:

Por persona

  • Un puñado de hojas de espinaca frescas, lavadas y escurridas
  • Mantequilla sin sal a temperature ambiente
  • 1 diente de ajo negro, pelado y picado
  • Un huevo tamaño L
  • 2 cucharadas de nata

Para la mantequilla de hierbas y ajo negro

  • 150 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
  • 4 dientes de ajo negro, pelados y machacados
  • 20 gr o 2 cucharadas de cebollino, perejil y estragón picados
  • La ralladura de un limón
  • Sal y pimiento negra recién molida

Elaboración

  1. Engrasa un molde individual: ramequin, mini cocotte, etc.
  2. Saltea a fuego suave los ajos y las espinacas con un poco de mantequilla y sazonaligeramente. Ponlas en un escurridor y déjalas al menos 15 minutos para que suelten la mayor cantidad de líquido posible.
  3. Colócalas en el molde y deja un hueco en el centro para el huevo.
  4. Casca un huevo en el centro del molde y sazona con sal y pimienta.
  5. Añade la nata por encima, y pon unos pegotitos de mantequilla y parmesano rallado.
  6. Hornea durante 7 minutos hasta que la clara esté hecha y la yema aún esté líquida.
  7. Sirve con tostadas de pan crujiente untadas con mantequilla de hierbas y ajo negro.

Mantequilla de hierbas y ajo negro:

  1. Mezclar juntos todos los ingredientes usando un robot de cocina, batidora, o a mano.
  2. Enrollar en forma de salchicha en una hoja de film transparente, o poner en un bol, y conservar en la nevera hasta el momento de uso.

¿Qué os ha parecido? Fácil, rápido y rico. Y este plato admite muchísimas variaciones, así que espero vuestras sugerencias…

Huevos encapotados. Reto de Tía Alia

Huevos encapotadosCuando vi que el reto de Tía Alia era esta receta (o huevos saturados de bechamel, como aparece en la receta original), me dije que esta vez sí que participaba, pues llevaba tiempo con muchas ganas de hacerlos. No los había probado nunca, y me parecían de lo más apetecibles.

Pues bien, ha llegado el momento. Los he hecho, y he de decir que están buenos, pero… creo que es demasiado trabajo para el resultado que obtienes, pues son más complicados de hacer que unas croquetas (la manipulación del huevo con la bechamel es demasiado delicada, tanto a la hora de empanar como a la hora de freír), y el sabor es demasiado suave. No deja de ser el sabor de un huevo con bechamel…

Reconozco que sí que tiene gracia abrirlo y ver cómo se desparrama la yema con una textura melosa y aterciopelada, y tienen un punto original, al menos para el que no los haya comido nunca. Personalmente, les añadiría algo para darle un poquito de Rock and Roll, como se dice ahora. Parmesano, jamón ibérico en lascas, unas setas salteadas y muy picaditas… Pero como todo, va en función de gustos, así que lo dejo a vuestra imaginación.

Lo que sí haría en una próxima vez, sería usar huevos de codorniz en lugar de huevos de gallina. Al ser más pequeños, a parte de conseguir una presentación más divertida, serán mucho más fáciles de manipular, y quedarán geniales como aperitivo.

Ingredientes (4 personas)

  • 35 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 35 gr de mantequilla
  • 100 gr de harina
  • 1 l de leche entera o semi desnatada
  • ½ cebolla
  • Sal
  • Nuez moscada rallada
  • Pimienta negra (opcional)
  • 4 huevos L más uno para empanar
  • Pan rallado fino
  • Aceite de oliva para freír

Elaboración

Fríe los huevos a fuego medio, para que no les salgan puntillas ni se haga del todo la yema. Ponlos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite, y recorta los salientes para dejarlos lo más redondos posible. Si eres perfeccionista, puedes poner un aro de emplatar de entre 8 y 10 cm en la sartén con el aceite, asegurándote de que está bien engrasado por dentro, y freír el huevo dentro, echando alguna cucharadita de aceite que otra para que se haga por arriba. Con cuidado, y pasando un cuchillo por el borde del huevo para asegurarte de que está totalmente despegado, retira el aro (estará muy caliente, por lo que puede que tengas que cogerlo con unas pinzas) y deposita el huevo, perfectamente redondo, sobre el papel de cocina.

Cuando tengas los cuatro huevos fritos, déjalos enfriar totalmente.

Pica muy menuda la cebolla.

Calienta el aceite y la mantequilla en una sartén profunda o en una cazuela, y añade la cebolla.
Sofríe lentamente hasta que esté blanda y empiece a tomar color. Mientras, calienta la leche sin dejar que hierva.

Añade la harina, remueve bien y deja que tueste durante al menos dos minutos, removiendo para que no se queme, a fuego medio.

A continuación, vierte la leche de golpe, y sin perder un instante bate enérgicamente con un batidor de varillas, para que se integre todo bien. No dejes de batir hasta comprobar que no hay grumos. Espesará enseguida (si la leche estaba lo suficientemente caliente). En ese punto añade sal y nuez moscada al gusto, aunque sin pasarse, pues luego se intensifican los sabores. Cuando veas que ya tiene la consistencia de una bechamel espesa, como para croquetas, ya está lista.

En una bandeja, ligeramente engrasada con un papel mojado en aceite, extiende una capa de bechamel en la que veas que puedes colocar los cuatro huevos. A continuación, coloca los huevos encima, dejando espacio en torno a ellos, y cúbrelos cuidadosamente con más bechamel, hasta dejarlos totalmente “encapotados”.

Deja enfriar la bechamel, y cuando esté lo suficientemente atemperada, mete la bandeja en la nevera hasta que haya endurecido lo suficiente como para poder manipularla.

Cuando llegue la hora de la comida o cena, saca la bandeja de la nevera y pon aceite a calentar en una sartén pequeña.

Bate un huevo, y ten a mano un plato hondo lleno de pan rallado.

Con un cuchillo, marca un círculo alrededor de cada huevo, sin pisar las claras, y saca las cuatro unidades. Pasa con mucho cuidado cada uno por huevo batido y después por pan rallado, y fríelos de una en una, en aceite bien caliente para que no se abran.

Una vez fritos, pon los huevos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite, y sirve con la guarnición que prefieras.

Cómo elegir los huevos

HuevosReconozco que cada vez intento ser más consciente de lo que como, tanto por mi propia salud y la de los míos, como por una cada vez mayor conciencia ecológica, que me va impulsando a elegir más a menudo alimentos que han sido cultivados o producidos de forma orgánica y natural.

Y los huevos son uno de esos alimentos que no perdono. Como sabéis, la mayor parte de las gallinas son criadas en régimen intensivo. Viven hacinadas en jaulas, sin espacio para moverse, y producen huevos de menor calidad, sin obviar que ésta me resulta una práctica inhumana.

En la Fundación Altarriba hay un interesantísimo artículo sobre las gallinas ponedoras, donde explican perfectamente el proceso de producción intensiva de huevos. Te recomiendo que lo leas, porque tal vez eso te haga plantearte el tipo de huevos que eliges la próxima vez que vayas al supermercado.

Por tanto, siempre compro huevos de gallinas libres, o en su defecto, de gallinas camperas. ¿Y cómo saber cómo elegir los huevos? Pues básicamente, leyendo su “matrícula”, que es el código que viene impreso en la cáscara.

El código 0 identifica a los huevos de producción ecológica, donde además de estar criadas en libertad, las gallinas son alimentadas con pienso sin insecticidas y no transgénicos, y gozan de amplio espacio interior y exterior según el reglamento 2092/91.

El código 1 identifica a los huevos llamados camperos. Las gallinas están alimentadas con pienso tradicional y viven en naves con acceso al exterior.

Para los códigos 2 y 3, se utliza un eufemismo sobre las gallinas, no hay definición para los huevos. En las cajas pone: gallinas criadas en suelo o gallinas criadas en jaula. En ambos casos están encerradas sin acceso al exterior ni al aire libre.

El código 2 identifica a los huevos de gallinas criadas en suelo. Gallinas alimentadas con pienso tradicional que viven en naves sobre el suelo, sin acceso al exterior. En realidad, viene a ser un hacinamiento horizontal, aunque de algún modo pueden considerarse algo más libres de movimientos.

El código 3 identifica a los huevos de gallinas criadas en jaula. Son las gallinas de batería que hemos descrito ampliamente antes, y sobre lo que no cabe añadir nada más.

Cómo elegir los huevos

Foto: alimentoseguros.com

Por tanto, es tan fácil como elegir los huevos marcados con un código que empiece por 0, o por 1. Son un poco más caros, pero no siempre, y recuerda que está en nuestra mano empezar a hacer que cambien las cosas. Si pedimos en los supermercados que tengan siempre disponibles este tipo de huevos, e incluso presentamos quejas si no los tienen, el incremento de consumo ayudará a que los precios se vayan equilibrando.

IMPORTANTE: si en tu tienda detectas huevos sin etiquetar como te hemos dicho aquí, presenta una queja, porque deben retirarlos de la venta de inmediato.

Huevos al horno con setas (Gordon Ramsay)

Huevos al horno con setasEs increíble la forma en que unas sencillas setas, o incluso champiñones, pueden transformar unos simples huevos en un plato sofisticado, que puede ser un perfecto entrante, o bien una apetitosa cena si en vez de poner uno, sirves dos huevos y aumentas el resto de ingredientes.

Esta es la adaptación de una receta británica que recoge Gordon Ramsay en su libro El Mundo en mi Cocina, y cuya ejecución es sencillísima y muy rápida. Puedes tener las setas preparadas desde el día antes, y simplemente emplatarlas con el resto de los ingredientes y hornear durante 12 minutos mientras te dedicas a otras cosas. Queda muy bien servida en cazuelitas individuales, y en una cena con familia o amigos, subirá increíblemente tu nota ante tus invitados.

Ingredientes (4 personas)

  • 20 gr de mantequilla, y un poco más para engrasar
  • 400 gr de setas limpias y troceadas (puedes usar también champiñones)
  • 2 cebolletas con su tallo verde (si no tienen el tallo, el plato cambia mucho)
  • Unas ramitas de tomillo (puedes usar también tomillo seco)
  • Sal y pimienta negra
  • 4 huevos grandes
  • Nata líquida 17%MG
  • 25 gr de queso cheddar curado y rallado, parmesano, o cualquier queso de sabor potente que te guste

Elaboración

Lavar bien las cebolletas y retirar la parte estropeada de los tallos. Cortar, empezando por el extremo de los tallos, al biés en trozos de 1 cm de ancho aproximadamente. Al llegar a la parte del tallo blanca, cortar láminas más finas, y parar cuando llegues a lo que es la cebolleta en sí. Guardar la cebolleta para otros usos.

Calentar la mantequilla en una sartén a fuego medio.

Cuando esté casi derretida y empiece a formar espuma, sin dejar que se queme, añadir las setas, las cebolletas y el tomillo. Sazonar con sal y pimienta y saltear durante 3-5 minutos, removiendo a menudo.

Precalentar el horno a 190º

Engrasar con un poco de mantequilla cuatro platos refractarios, cazuelitas, etc., y repartir en ellos el salteado de setas. Hacer un hueco en cada uno y cascar un huevo en el mismo. Salpimentarlo. Verter un poco de nata líquida alrededor de los huevos, y espolvorear con queso rallado.

Colocar los platos en la bandeja de hornear e introducir en el horno. Dejarlos unos 10-12 minutos, si se desea que la yema quede líquida, y un par de minutos más si se prefiere cuajada. Servir enseguida con un buen pan artesano.