No sé si os habéis dado cuenta del avance imparable de la cocina peruana en nuestro país. Antes era casi imposible encontrar restaurantes peruanos, y ahora están abriendo en todas partes, de lo cual me alegro enormemente, pues esta cocina ha sido para mí el gran descubrimiento gastronómico de los últimos tiempos. Tanto es así, que diría casi que desbanca del primer puesto de mi podio a la cocina japonesa, de la que soy una rendida admiradora.
Y es que la cocina peruana lo tiene todo: ingredientes frescos y naturales, y sabores no sólo andinos, sino también felizmente contaminados de la influencia china (cocina chifa) y japonesa (cocina nikkei). Así, el abanico de posibilidades es enorme, pasando de platos tradicionales como el ají de gallina a elaboraciones más sofisticadas con toques asiáticos.
Hace unos meses, decidida a aprender a cocinar al menos un menú tradicional, hice un curso con Luis Arévalo. Luis es grande como persona, como cocinero y como formador. Está considerado el mejor chef de cocina nikkei (la cocina peruana con influencias japonesas) de España, y acaba de abrir en Madrid su restaurante Kena, al que espero ir muy pronto, porque la curiosidad me está matando.
Y con Luis aprendí una serie de platos absolutamente maravillosos, como el ají de gallina, el ceviche de corvina, el lomo saltado, y por supuesto, la causa limeña (todo ello aderezado con un fabuloso pisco sour que también aparecerá por este blog). Si no habéis probado la causa, no le deis más vueltas. Preparad este plato, os va a encantar. Podría decir que es el equivalente peruano a nuestra ensaladilla rusa, pero con el increíble sabor del ají amarillo, que deja un regusto ligeramente picante. La causa limeña es un plato siempre celebrado por los comensales. Siempre gusta, y es la opción ideal para un entrante frío, que además puede prepararse con antelación, por lo que tiene todos los puntos para que lo incorpores a tu recetario.
La única regla impepinable: tienes que usar ají amarillo. Si no lo usas, no es causa limeña. Nunca tendrá el sabor que caracteriza a este plato, y que te enamorará cuando lo pruebes.
¿Y dónde encontrar el ají amarillo? En España es difícil encontrarlo fresco. Yo lo compro congelado en Fruits of the World (Pozuelo de Alarcón, tienen entrega a domicilio), pero entiendo que fuera de las grandes capitales será prácticamente imposible adquirirlo, salvo que conozcas alguna tienda latina y tengas la suerte de encontrarlo ahí. Para hacer la pasta de ají amarillo simplemente tienes que cocer los ajíes despepitados y desvenados, escurrirlos, pelarlos y triturarlos con un poco de aceite suave y sal.
Mucho más fácil es la opción de comprarlo envasado, ya en pasta o salsa, pues da un resultado magnífico. En Madrid lo compro sin problemas en el Mercado de los Mostenses junto a la Gran Vía, o el Mercado Maravillas de Bravo Murillo.
Y fuera de la obligación de usar el ají amarillo, ancha es Castilla, porque esta receta tiene tantas variantes como gustos haya. Básicamente consiste en un puré de patatas aderezado, y mezclado con aquello que más nos pueda gustar: atún, langostinos, aguacate, huevo duro, pollo… añadiendo mayonesa para aportar jugosidad. El truco está en el equilibrio de los ingredientes, pero ese equilibrio es muy sencillo y lo vas a ajustar enseguida, sobre la marcha. Así que ahí va la receta de Causa limeña:
Ingredientes:
- 1,5 kg de patatas
- 1 bote de pasta de ají amarillo
- Aceite de oliva suave, o aceite de girasol
- Sal
- 1 limón
- 2 latas de atún en aceite
- Mayonesa casera
- 1 cebolleta (opcional)
- 1 aguacate grande o 2 pequeños
- 2 huevos duros
- 1 lata pequeña de aceitunas negras sin hueso (opcional)
- Tomatitos cherry (opcional)
- Cilantro (opcional)
Elaboración
Cuece patatas en abundante agua con sal, y con la piel, para que no penetre la humedad en ellas. Pélalas nada más sacarlas del agua, y tritúralas cuando estén aún calientes.
Cuando el puré esté frío, mézclalo con la pasta de ají. Una cucharada cada vez, y ve probando para no pasarte de picor. La mejor forma de mezclar la patata y el ají es amasando con las manos, de forma que todo quede perfectamente integrado.
Añade un poco de aceite de girasol o de oliva suave, para aportar algo de suavidad a la patata, que de lo contrario quedaría muy seca, y sazona. Pero ten en cuenta que no debe quedar un puré suave, sino bastante sólido.
Cuando lo tengas al punto de ají, aceite y sal, añade unas gotas de limón, y ve probando. Debe quedar con un delicioso gusto ligeramente ácido.
Y una vez tengas listo el puré, ya sólo te queda armar el plato. Dado que es mucho más vistoso, te recomiendo que uses un aro de emplatar alto de unos 7 cm de alto. Si no tienes, deja volar tu imaginación, puedes usar una botella de plástico cortada o algo por el estilo. Sí que te recomiendo que tenga unos 8 cm de alto, o de lo contrario tendrás que hacer capas finas. Y otra forma vistosa de presentarlo es en vasitos anchos de cristal.
Engrasa el aro por dentro para poder retirarlo luego fácilmente, y pon una primera capa de puré de patatas.
Cubre con una mezcla de atún desmenuzado y mayonesa. Si te gusta, puedes añadirle un poco de cebolleta muy finamente picada, que le da un puntito más punzante. A continuación, pon una capa de láminas de aguacate sazonadas, y de rodajas de huevo duro.
Cubre con otra capa de puré de patatas, y decora como más te guste, por ejemplo, unas aceitunas negras en rodajas con un tomatito cherry partido y unas hojas de cilantro. Déjalo en la nevera como mínimo media hora, para que se asiente todo, y listo para servir.
Yo, si no quiero hacer una causa muy grande porque la quiero servir como aperitivo, hago sólo una base de patata, y encima pongo el resto de ingredientes, sin terminar con más patata, como podéis ver en la foto. De esta forma es más ligero, y puedo jugar mucho más con la parte visual y con la imaginación. Aquí he usado langostinos cocidos con mayonesa picante y cebollino picado, y la otra opción va con atún, aguacate y mayonesa. ¿Tienes combinaciones originales para hacer causa limeña? Pues soy toda oídos!!!
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Debe estar conectado para enviar un comentario.